El ataque de los robots de Nebulosa-5
DIR Chema García
CON José Manuel Ibarra
PAÍS España
AÑO 2008
Hace dos años el cielo despejado de Barranquilla en un anfiteatro ilusorio conocí una realidad a blanco y negro más pura que las ideas que la componían: el ataque de los robots de Nebulosa 5.
Cuando mis entrañas se extrañaban con el blanco y negro, los odios se tapaban al ruido de la calle y siendo ya apenas de noche en una pantalla lisa que se movía como párpados por el viento, entendí que a pesar de todo lo que me rodeaba y los medios que lo construían, la conexión con las imágenes era total.
Apenas si pude parar de sonreír al tener en frente dibujos, espacio y un muchacho que hablaba como niño, actuaba como niño... se disfrazaba como niño. Todo se puede confabular para hacerte sonreír como una idea, un corto de menos de diez minutos y un poético sentido de la vida.
Amo todos sus fotogramas... quizá el hecho de tener una señora, un lugar favorito y hasta una fiesta vacía... creo que amo verme reflejado ahí. Creo que no es la primera vez que escribo sobre esto pero la necesidad de encontrarme de nuevo... así sea aquí tratando de aterrizar a lo básico que me compone: soñar.
Cuando mis entrañas se extrañaban con el blanco y negro, los odios se tapaban al ruido de la calle y siendo ya apenas de noche en una pantalla lisa que se movía como párpados por el viento, entendí que a pesar de todo lo que me rodeaba y los medios que lo construían, la conexión con las imágenes era total.
Apenas si pude parar de sonreír al tener en frente dibujos, espacio y un muchacho que hablaba como niño, actuaba como niño... se disfrazaba como niño. Todo se puede confabular para hacerte sonreír como una idea, un corto de menos de diez minutos y un poético sentido de la vida.
Amo todos sus fotogramas... quizá el hecho de tener una señora, un lugar favorito y hasta una fiesta vacía... creo que amo verme reflejado ahí. Creo que no es la primera vez que escribo sobre esto pero la necesidad de encontrarme de nuevo... así sea aquí tratando de aterrizar a lo básico que me compone: soñar.
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