BAL
(Honey, Miel)
DIR Semih Kaplanoğlu
CON Bora Altas, Erdal Besikçioglu, Tülin Özen, Ayse Altay
PAÍS Alemania, Turquía
AÑO 2010
Yusuf es un niño, un buen personaje bellísimamente actuado, tanto tanto que me atrevo a decir que con la dulzura, inocencia y sensibilidad como ningún otro. Yusuf es el protagonista de Miel que, como casi todas las películas con niños y con historias tan fuertes y definidas, logra drenar el mar de mis lamentos.
Acercarme a Semih y ver que como director ha trabajado en la continuidad de su narrativa a través de la historia inversa de un personaje es hermoso. Miel, huevo y leche es una trilogía que agradezco a las casualidades haber encontrado. No se puede concebir la carrera cinematográfica, como lo ha hecho Nolán, Baz o Lucas si no se concibe la constante de lo que se lleva en el alma y Semih nos muestra una historia rica en naturismo y realidad. Lejos, como leí alguna vez, del costumbrismo de su sociedad, muy cercano a los sentimientos ulteriores de sus creaciones, a la contemplación de la belleza que le rodea y a la ilusión de estar en silencio mientras todas las cosas gritan.
En mi cuaderno de apuntes de cine aún leo mis impresiones: "No le cuentes tus sueños a nadie". Frase que roza lo aterrador como lo enternecedor. Dicho por Yakup, el padre de Yusuf, es la expresión de mantener bajo cuidado el precioso legado de las ganas y de la necesidad, si es que no son la misma cosa. "Aplausos para su amigo", es la frase del profesor de Yusuf, alegría eterna de júbilo ante las adversidades y constancias, ante el silencio y la espera.
Resalto con los brazos extendidos el alma verde de la película, la sutileza de los planos contemplando los detalles, la ausencia de música pero la riqueza de sonidos. ¡La miel de abejas y su dificultad de cosecha, a las abejas y su valor tan poco reconocido hoy en día!, la lengua turca y su misticismo ante occidente.
Mis fotogramas mágicos:
Acercarme a Semih y ver que como director ha trabajado en la continuidad de su narrativa a través de la historia inversa de un personaje es hermoso. Miel, huevo y leche es una trilogía que agradezco a las casualidades haber encontrado. No se puede concebir la carrera cinematográfica, como lo ha hecho Nolán, Baz o Lucas si no se concibe la constante de lo que se lleva en el alma y Semih nos muestra una historia rica en naturismo y realidad. Lejos, como leí alguna vez, del costumbrismo de su sociedad, muy cercano a los sentimientos ulteriores de sus creaciones, a la contemplación de la belleza que le rodea y a la ilusión de estar en silencio mientras todas las cosas gritan.
En mi cuaderno de apuntes de cine aún leo mis impresiones: "No le cuentes tus sueños a nadie". Frase que roza lo aterrador como lo enternecedor. Dicho por Yakup, el padre de Yusuf, es la expresión de mantener bajo cuidado el precioso legado de las ganas y de la necesidad, si es que no son la misma cosa. "Aplausos para su amigo", es la frase del profesor de Yusuf, alegría eterna de júbilo ante las adversidades y constancias, ante el silencio y la espera.
Resalto con los brazos extendidos el alma verde de la película, la sutileza de los planos contemplando los detalles, la ausencia de música pero la riqueza de sonidos. ¡La miel de abejas y su dificultad de cosecha, a las abejas y su valor tan poco reconocido hoy en día!, la lengua turca y su misticismo ante occidente.
Mis fotogramas mágicos:
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