domingo, 28 de abril de 2013

Muere, si no no serás libre.

BUDA AS SHARM FORU RIKHT
(Buddha collapsed out of shame, Buda explotó por vergüenza)



DIR Hana Makhmalbaf
CON Abbas Alijome, Abdolali Hoseinali, Nikbakht Noruz
PAÍS Afganistán, Irán
AÑO 2007

La luz que llega a nuestros ojos, que los ilumina y resalta su color, que luego nos va cegando y termina por llevarnos a un blanco oscuro y a delirantes cambios de colores, traduce la misma sensación que sentí con Bakhtay, con su historia, con el desierto, con Abbas y con las ruinas del Buda destruido por los islámicos.

Ir a buscar aliento en el cine, es ir a buscar los rayos del sol por las mañanas. Ir acompañado a cine, como esta vez, es compartir las lágrimas que podrían llegar o conjurar la risa para que perdure unos segundos más en el eco del otro. Compartir las emociones de Bakhtay me dio vida.

Confesaría rendirme a las ilusiones que, si fuera Abbas o Bakhtay, o el hasta el mismo mini-militante talibán, me llevaría vivir en el desierto de medio oriente, pero sólo logro explotarme la cabeza en lo dura que debe ser la vida luchando por aprender a leer, aprender a sostenerse en la hambruna y desvirtuar los señalamientos de una sociedad más corrupta que el mismo infierno que van inventando.

Si alguna vez llevara a las tierras de "nuestros" orígenes un objeto, también sería una cámara. Una que permita capturar instantes cortos o fotografías de una realidad absurda. Trataría de comprender cada pequeña mente influida por el poderío del miedo colectivo y circunstancial. Abogaría si fuera el caso por internarme ahí por años o décadas.

Buda explotó por vergüenza dice tanto de aquello ajeno a mí, pero tan cercano al alma como un tambor alegre: no hay nada que avergüence más que vivir estoico ante las injusticias.

Vale la pena luchar, como rebelde, como puta o como pecador contra lo que no es correcto, vale la pena contradecir a dios y a la vez llenarse de valentía en usar su nombre en lo que no sea vano. Vale la pena, aprender, educar, e incitar a trascender.

La vida nos puede arrojarnos a vender huevos y verlos entre lágrimas romperse, a olvidar las hojas de las mejores enseñanzas o mandarlas por el río en un barco de papel, pero la vida nos dará la oportunidad de inmediato de prevenir a los demás, o con a que nos queda por remediar, de levantarnos, de seguir y de patear piedras más grandes.

Amé como hablaban, amé el persa.
Amé las escenas de las niñas y su acercamiento casi innato y frívolo al pintalabios.
Amé que una de ellas comiera chicle.
Amé las ganas de vivir después de muerto siendo libre.
Amé la hostilidad de mentiras, el secuestro, la bolsa de papel, los palitos-metralleta, las onomatopeyas de bomba, el terror infundado de la religión en la inocencia tan bien actuado por esos niños... la complicidad de hacer tan gran film.
Amé que cine así esté en mi ciudad y de las casualidades de llegar a ver cualquier cosa descubra las más bellas historias.









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